Nº 0 — 2021

El Covid-19

Es ya un lugar común preguntarse con asombro quién hubiera podido imaginar en febrero del 2020 lo que a partir de entonces fue la vida de los terrícolas. Aún no podemos calibrar la magnitud de lo sucedido con una pandemia que todavía no cede. Y quizás todo ello sea un buen ejemplo de la precariedad que por siempre afectará a la existencia humana, precariedad que hasta en los mínimos detalles, primorosamente intentamos ocultar en los tiempos “normales”. Pero, de pronto, todo pareció saltar por los aires.

El presente número no agota, ni de lejos, la complejidad de los aspectos involucrados en la crisis. Y con respecto a los escogidos, se trata tan solo de una aproximación preliminar. Basados en nuestros autores, a nuestros lectores quisiéramos proponerles algunas reflexiones.

Presentación

Lisimaco Parra & Stefan Peters

Editores

Como bien lo afirma uno de los autores que escriben en el presente número, “la democracia es una forma de gobierno vulnerable”. La raíz última de su vulnerabilidad reside en su convencimiento de que para la mayor parte de los problemas que enfrentamos en la vida social no existen diagnósticos ni soluciones únicos o con fuerza demostrativa incontestable. Por el contrario, los autoritarismos de cualquier tipo viven de la ilusión de una unanimidad fundada en una fe universalmente vinculante.

La democracia nunca está a salvo, y siempre requiere del cuidado de quienes la suscriben como la forma más inteligente de tramitar las dificultades que constituyen buena parte de la vida social. Y uno de los más difíciles retos de la vida democrática es la cabal comprensión de las diversas alternativas que se juegan en la arena política, y particularmente de aquellas que propugnan, a corto, mediano o largo plazo, por la aniquilación de la misma vida democrática.

Artículos

Christian Thein

Estado de emergencia y crisis. Perspectivas de la formación de la democracia durante y después de la epidemia desde la perspectiva de la filosofía jurídica y social

En las últimas semanas y meses, los términos estado de emergencia y crisis no solo han estado de moda, sino que también han sido utilizados y aplicados de muchas maneras y de forma habitual por los responsables políticos y científicos, así como por los medios de comunicación y el público para describir o incluso explicar la situación, justificar y dar cuenta de las medidas, articular los temores y preocupaciones, pero también las esperanzas para el futuro cercano y lejano. Pero desde un punto de vista filosófico, ¿qué es en realidad un estado de emergencia y qué es una crisis? ¿Y cómo pueden iniciarse los procesos de aprendizaje y educación democráticos reflexionando sobre el contenido de estos conceptos en el contexto de la actual constitución de las sociedades democráticas y los Estados constitucionales civiles? En lo que sigue, este artículo tratará estas dos cuestiones e intentará explicarlas desde la filosofía legal y social y la teoría política.

 

Gustavo Gallón Giraldo

El estado de calamidad pública

El estado de emergencia previsto en la Constitución de 1991 podría ser una herramienta muy positiva para hacer frente a graves situaciones como la pandemia del covid-19 o catástrofes naturales y crisis económicas. Sin embargo, la mentalidad con que primordialmente se le interpreta está impregnada de una concepción autoritaria que distorsiona su razón de ser y termina limitando su capacidad de desarrollo, esta podría ser mejor si se le entendiera desde una concepción decididamente democrática. A partir de la cual, teniendo claro que se trata de hacer frente a una calamidad pública que afecta a la sociedad en su conjunto, se facilitaría la articulación de los diferentes poderes del Estado y de la sociedad para superar de manera concertada las graves situaciones de crisis colectiva a las que deba hacerse frente.

Alexis De Greiff A.

El teatro de operaciones del sars-CoV2 y el covid-19 

Como ha señalado Carlo Ginzburg recientemente (Marín, 2020): ¨el uso de la guerra como metáfora, en la situación del covid-19, allana el camino a la limitación de las libertades individuales, con base en las nuevas tecnologías. Se podría aducir que ya existe bastante control en situaciones normales, especialmente en regímenes autoritarios, pero, como dice el proverbio italiano, il peggio non è mai morto (“lo peor nunca muere”)¨.

También es cierto que la analogía no es nueva ni casual. Desde el siglo xix las analogías militares fueron incorporadas en el lenguaje epidemiológico, en parte porque muchas de las enfermedades que amenazaban a los ejércitos colonialistas europeos y norteamericano eran las así llamadas “tropicales”. 

Carlo Ginzburg

 

¿Una democracia de rebaño? La comunicación política en la era del covid-19

De entrada, declaro mi incompetencia: no soy epidemiólogo, soy tan solo un estudioso de la historia. En mis investigaciones me he enfrentado con epidemias famosas del pasado, desde la plaga ateniense del 430 a. C. descrita por Tucídides hasta la plaga de 1348. Sin embargo, esto no me da competencia alguna sobre la pandemia actual, he seguido encerrado en mi casa, en una situación de total privilegio, trabajando con libros en papel e investigaciones en internet. Lo que despertó mi curiosidad como historiador fue la expresión “inmunidad de rebaño” que habría sido utilizada (explicaré más adelante el uso del condicional) por Boris Johnson, Primer Ministro del Reino Unido, en un discurso pronunciado el 12 de marzo. Johnson habría advertido a sus conciudadanos que la gravedad de la situación creada por la pandemia habría requerido un número muy alto de infecciones —hasta el 60 % de la población— para lograr la “inmunidad de rebaño”.

Isabel C. Jaramillo Sierra

Una mirada de género a la pandemia: en lo que estamos y para lo que debemos prepararnos

Cuando empecé a poner atención a las noticias sobre la misteriosa enfermedad que estaba preocupando a chinos y japonenses, pensé que admiro mucho su capacidad para tomar medidas radicales y resolver problemas serios de salud pública en poco tiempo. Me pareció increíble que pudieran detener una celebración tan importante como la del año nuevo del calendario chino y comenté que nosotros jamás podríamos someternos a semejantes restricciones. Los eventos de los últimos cinco meses me han mostrado lo rápido que pueden cambiar nuestras percepciones sobre la realidad social en la que vivimos.

En este corto artículo quiero plantear por qué, entre las muchas cosas que repentinamente se volvieron urgentes, ha adquirido una inusitada relevancia usar la categoría de género para entender cómo funciona la cuarentena y para qué deberíamos prepararnos en los años que vienen.

Catalina González

Covid-19 y tabú: la muerte contemporánea

En sus ya clásicos estudios sobre los cambios históricos en las actitudes ante la muerte, tanto Philippe Ariès como Norbert Elias hacen un diagnóstico desalentador sobre dichas actitudes en nuestros días. Afirman que la muerte pasó de ser vista como un acto natural y un acontecimiento público en el Medioevo, a ser considerada, a partir del siglo xviii, como un evento que interrumpe los ciclos naturales, que debe temerse y esconderse de la mirada pública y que, por tanto, debe ocurrir en el seno de la vida privada. En el siglo xx este proceso se intensificó y la muerte se convirtió en el tabú al que estamos acostumbrados en nuestras culturas urbanas contemporáneas. 

Juan Manuel Arteaga D.

De la vacunación y otros sacramentos. La clave está en convivir con los microorganismos

El 8 de mayo de 1980 se produjo un hecho de enorme trascendencia en la historia de la humanidad, que hoy, 42 años más tarde, recobra particular interés.
En esa ocasión, en el curso de su trigésima tercera asamblea, la OMS (Organización Mundial de la Salud) declaró la eliminación definitiva de una enfermedad devastadora y mortal: la viruela.
En efecto, después de una campaña internacional liderada por la OMS de 1958 a 1977 que comprometió los esfuerzos de más de cien naciones y millones de individuos, se pudo declarar en 1980 la desaparición de la enfermedad que, según cálculos de los CDC (Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos), produjo cerca de trescientos millones de muertes en lo transcurrido del siglo XX.

Paolo Vignolo & Juan F. Urueña

El regreso de los médicos de la peste

La pandemia de Coronavirus irrumpe en Italia a la vigilia de carnaval. Entre las medidas iniciales que el gobierno dispone para contener el contagio hay la prohibición de celebrar eventos masivos. El carnaval de Venecia –que nunca había parado, ni siquiera durante la peste negra de 1348, se suspende. El último desfile nocturno es una procesión de Médicos de la Peste: un gesto de exorcismo festivo en contra de la plaga que acecha la vida de la ciudad. Vale la pena interrogarnos sobre el origen de esos personajes fantasmagóricos que desde siglos nos acompañan en estado latente y que ahora se asoman a nuestras vidas en el medio de un peligro que nos desconcierta.

Salomón Kalmanovitz

El covid y la economía

La pandemia del covid 19 afecta en forma devastadora a la economía: no solo a las personas que se guardan de la peste y dejan de participar o lo hacen parcialmente en la actividad económica, sino a las cientos de miles que se enferman y se debilitan o mueren. Colombia hacia fines de agosto presentaba 580 000 contagiados y 18 500 muertes.

El Covid le ha pegado fuertemente al país. Contamos con 11.4 infectados por 1000 a fines de agosto contra México, que tiene 4.5 por 1000, aunque las cifras que publica el Gobierno del negacionista Andrés López Obrador son difíciles de creer. Estamos mejor que Estados Unidos, cuyo presidente ha mostrado una incompetencia brutal y que muestra 17 casos por 1000. También estamos mejor que Perú, que tiene 607 000 casos, o sea 18 por 1000 habitantes.

Carlos A. Ramírez

Un llamado al realismo. Algunas estrategias para intelectuales optimistas 

Glück im Unglück es una expresión alemana que, para algunos intelectuales, condensa bien el significado que ha tenido la pandemia. Llamemos a esos intelectuales “partidarios optimistas del pensamiento crítico” y traduzcamos la expresión mencionada, muy a la colombiana, como “caer parado”. La pandemia, desde esa perspectiva, es un infortunio y, a la vez, una oportunidad. Ninguno de los aludidos negaría que se trata de una crisis, pero el punto, dirían ellos, es que la crisis puede permitirles a muchas sociedades superar algunos de sus más profundos problemas. Eso no está asegurado, pero ahora es posible. Es decir, sin la conmoción que trajo el virus, no existiría la posibilidad. Del infortunio puede resultar una dicha.

Francisco Cortés Rodas

El coronavirus, la crisis del capitalismo y la democracia

Todavía no podemos conocer ni imaginarnos las dimensiones catastróficas que se pueden dar como consecuencia de la pandemia de coronavirus. No solamente son las miles de personas que morirán, sino los graves efectos que está produciendo en el capitalismo. Las industrias aeronáutica, hotelera, manufacturera, el
comercio de bienes de consumo, etc., están colapsando. Las bolsas de valores de las grandes capitales se desplomaron en la peor crisis desde 2008. Se producirán pérdidas de empleos ya que algunas empresas no podrán pagar el salario de los trabajadores. Pero los que están en la informalidad, en Colombia aproximadamente un 50%, que carecen de ingresos adecuados y seguridad contra accidentes o enfermedades, sufrirán de peor forma esta pandemia. Padecerán por esta y por el hambre.

Thomas Krüger

La lección del coronavirus: ¡Necesitamos una sociedad digital funcional!

Por la mañana en Berlín, por la tarde en Leipzig, al día siguiente en Bonn. Normalmente mi agenda está llena de eventos. Un panel de discusión aquí, una reunión para constituir intercambios allá —mi vida cotidiana es hablar con la gente, mirarla a los ojos y establecer contactos—. Luego llegó marzo, los planes se tacharon en mi agenda, yo en casa y delante de mí una pantalla desde la cual muchas caritas me miran. Desde aquellos días de marzo de 2020, cuando el coronavirus nos frustró a todos, el mundo ha estado en estado de emergencia.

El 2020 es el año de las medidas de control de la infección, los planes de contingencia, los requisitos de distancia y los cierres. Es el año en el que debemos aprender a vivir con una pandemia y sus consecuencias y a enfrentarnos a retos inesperados. La Bundeszentrale für politische Bildung (Agencia Federal de Formación Política) no está sola en esto. Cada persona y cada institución debe averiguar a su manera, cómo tratar esta situación excepcional. Pero ¿qué nuevas tareas enfrentamos ahora y qué conclusiones sacamos de ellas?