A pesar de la proliferación de programas de educación cívica en las democracias emergentes de América Latina, África y Europa del Este, ha habido pocas evaluaciones recientes sobre la eficacia de la instrucción cívica para lograr cambios en las orientaciones democráticas entre la población estudiantil.

Presentamos los resultados de un estudio realizado en 1998 que examinó el impacto de la educación cívica democrática entre los estudiantes de secundaria de Sudáfrica. Utilizando una gama de ítems para medir las orientaciones democráticas, incluyendo medidas de conocimiento político, deber cívico, tolerancia, confianza institucional, habilidades cívicas y aprobación de formas legales de participación política, encontramos que la educación cívica tuvo los mayores efectos sobre el conocimiento político, siendo la magnitud del efecto aproximadamente dos veces mayor que el reciente hallazgo de Niemi y Junn (1998) para los Estados Unidos.

La exposición a la educación cívica per se tuvo efectos más débiles sobre los valores y las habilidades democráticas; para estas orientaciones, lo que importa son factores específicos relacionados con la calidad de la instrucción y el uso de métodos pedagógicos activos empleados por los instructores de educación cívica. Además, descubrimos que la educación cívica cambió la estructura de las orientaciones de los alumnos: una dimensión de «valores democráticos» confluye más fuertemente, y de forma más diferenciada, de una dimensión de «competencia política» entre los alumnos expuestos a la educación cívica que entre los que no recibieron dicha formación.

Discutimos las implicaciones de los resultados para nuestra comprensión teórica del papel de la educación cívica en el fomento de actitudes, normas y valores democráticos, así como las implicaciones prácticas de los resultados para la implementación y financiación de programas de educación cívica en las democracias en desarrollo en el futuro.