El bosque, los bosques... ¿qué imágenes vienen a nuestra mente cuando oímos la palabra bos-que?

Posiblemente, imaginamos colinas llenas de árboles, con pájaros, flores... quizás algún arroyo de agua asomando a lo lejos...

Esta podría ser una de esas imágenes idílicas que a menudo nos muestran los cuadros, las películas o algunas fotos, pero... ¿Qué más? ¿Qué más es un bosque? ¿Realmente todos responden a esta imagen? ¿Son todos los bosques iguales? ¿Es un bosque solo un trozo de hermoso paisaje o esconde algo más?

Si nos paramos a pensar, ¿qué sabemos de los bosques?, ¿cuál es nuestra relación con ellos? Y, además, ¿qué sentimos cuando oímos la palabra «bosque»?

La Aventura de Aprender es un espacio de encuentro e intercambio en torno a los aprendizajes para descubrir qué prácticas, atmósferas, espacios y agentes hacen funcionar las comunidades; sus porqués y sus cómos o en otras palabras, sus anhelos y protocolos.

Este proyecto parte de unos presupuestos mínimos y fáciles de formular. El primero tiene que ver con la convicción de que el conocimiento es una empresa colaborativa, colectiva, social y abierta. El segundo abraza la idea de que hay mucho conocimiento que no surge intramuros de la academia o de cualquiera de las instituciones canónicas especializadas en su producción y difusión. Y por último, el tercero milita a favor de que el conocimiento es una actividad más de hacer que de pensar y menos argumentativa que experimental.

Estas guías didácticas tienen por objetivo favorecer la puesta en marcha de proyectos colaborativos que conecten la actividad de las aulas con lo que ocurre fuera del recinto escolar.

Sin aprendizaje no hay aventura, ya que las tareas de aprender y producir son cada vez más inseparables de las prácticas asociadas al compartir, colaborar y cooperar.

Proyecto concebido y coordinado por: Antonio Lafuente y Juan Freire

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