¿Cómo hacer una Asamblea?

Hay asambleas en todas partes, allá donde miremos podemos encontrar un encuentro asambleario.

Un partido de fútbol es una singular asamblea que dirime a base de puntapiés un sencillo asunto: cuál de entre los dos equipos es más diestro. Podríamos argumentar que cada vez que asistimos al teatro nos reunimos en una asamblea, ciertamente una de tipo pasivo donde poco aportamos. Y después están las asambleas formales rodeadas de suntuosidad y boato: aquellas que ocurren en los parlamentos (así nos lo recuerda vivamente Francia, donde su cámara de representantes recibe el nombre de Asamblea Nacional Francesa).

El Aire

Necesitamos el aire para respirar,
igual que casi todos los animales y
las plantas. Es nuestro sustento más
básico y una de las funciones más
automáticas de nuestro organismo.
Y sin embargo, en nuestra cultura
occidental se ha considerado en los
últimos siglos como un espacio vacío, como el opuesto al mundo material.

La Paz

Esta guía de Cómo reclamar
la paz forma parte de una serie de guías que deben servir a cualquiera, pero ante todo a jóvenes de 11 a 18 años, para hacer en grupo trabajos de investigación que contribuyan
a salvaguardar y enriquecer los pro-
comunes o bienes comunes, en este
caso a fortalecer la voluntad ciudadana de sostener y generar paz.

Los Bosques

Posiblemente, imaginamos colinas llenas de árboles, con pájaros, flores… quizás algún arroyo de agua asomando a lo lejos…
Esta podría ser una de esas imágenes idílicas que a menudo nos muestran los cuadros, las películas o algunas fotos, pero… ¿Qué más? ¿Qué más es un bosque? ¿Realmente todos responden a esta imagen? ¿Son todos los bosques iguales? ¿Es un bosque solo un trozo de hermoso paisaje o esconde algo más?

El Barrio

Reclama tu barrio. O tu pueblo, o tu ciudad, el lugar donde vives y que te vincula en primer lugar con tus conciudadanos.
Allí de donde te sientas, o al revés: ese espacio que no termina de ser del todo tuyo, nuestro, es el objeto de esta guía. Apropiarse del espacio a través del reconocimiento del tiempo. Hacer nuestro el barrio a través del sentido que damos a los relatos que nos acercan al pasado. Este pensar históricamente el entorno vuelve sobre nosotros, nos interpela y nos cambia.

Recetor, sembramos con amor el territorio de paz (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2020)

La experiencia de conflicto armado vivida por los habitantes de las veredas del municipio de Recetor (Casanare) brindan esperanza de una paz estable cuando las personas participan en el fortalecimiento de la(s) economía(s) campesina(s).

La paz trae beneficios mucho mayores a los económicos; posibilita el desarrollo de capacidades, la defensa de los derechos individuales y colectivos, la protección de expresiones culturales de la ruralidad y mayores índices de bienestar.

La Democracia Tecnológica

Quitanilla ha sido pionero en los estudios sobre ciencia, tecnología y democracia en iberoamérica. Aquí retoma la pregunta sobre cómo es la relación entre tecnología y política progresista. Una cuestión que heredamos del pensamiento ilustrado, pero que se nos ha refundido en el camino. Estas páginas tienen la pretensión de contribuir retoman esa herencia, conectándola con otro de los temas recurrentes en el pensamiento progresista de finales del siglo XX: el de la extensión de la democracia: “el derecho de todos los ciudadanos a participar en las decisiones sobre el uso de las posibilidades tecnológicas en asuntos de interés público”.

Toma de decisiones en ciencia y tecnología

La discusión acerca de la
innovación tecnológica se ha
realizado, a lo largo de su
desarrollo histórico, a partir de
un grupo de axiomas que
legitiman la exclusión de la
opinión pública del ámbito de
toma de decisiones a este
respecto. El cuestionamiento de
tales verdades aceptadas es no
sólo válido desde un punto de
vista histórico, sino necesario
desde una perspectiva política.
El presente artículo pretende
mostrar la poca validez que
algunos de estos axiomas tienen
y las consecuencias que tales
cuestionamientos pueden tener
para una sociedad democrática.

Arquitectura para la Convivencia en Colombia: La dudad de camino al habla

Nuestras ciudades contemporáneas constituyen la más grande obra que en términos materiales y culturales hayamos construido los colombianos, pero la hemos hecho sin consciencia y sin propósito. Así, les hemos edificado un espacio que desnuda nuestras insensibilidad e incapacidad de grandeza. No asumimos su sentido comunicativo, somos sordos a sus llamados a la interlocución, no escuchamos los mensajes con los cuales, desde la potenciación de la diferencia que ellas encarnan, nos convocan a la conversación, al intercambio, a la reflexión colectiva, al pensamiento. Por ello, también de manera inconsciente, tendemos a naturalizar la interrupción que en ellas se hace de la fiesta que es la vida, a aceptar el atentado contra el arte y a ignorar el juego de los símbolos.